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ENTREVISTA

Oscar Cordero revela cómo vivió y escribió su obra:

Llegamos a las oficinas de la Editorial Orbis Press, ya que teníamos una cita con el señor Oscar Cordero, escritor, originario del estado de Chihuahua, México. Hombre que refleja seguridad, el trabajo se ve manifestado en su rostro; es de un hablar con tono cortante, muy a la usanza del norte de México. Tiene los ojos de color azul verde, y su mirada muestra un peculiar nivel de análisis. Cuando llegó, estrechó nuestras manos con cierta fuerza, sin dar lugar a la intimidación tan común en los seres humanos. Una persona sencilla, segura de sí misma, con el deseo de platicar sus experiencias.

—Sr. Cordero, nos puede hablar un poco brevemente sobre usted en lo personal. ¿Cuanto tiempo tiene en los Estados Unidos? Deseamos conocerlo un poco más.—Bueno, la primera vez que vine a Estados Unidos fue en 1977. Estuve dos años y volví a México. Y así he estado viniendo y volviendo pero nunca he estado constantemente aquí más de tres años, hasta esta última vez que volví, y ya llevo aquí seis años.

—¿Qué fue lo que lo estimuló a escribir su libro Entre la sed y el desierto? ¿Qué es lo que usted quiere que el lector sepa?

— A mí me gustaría que la gente sepa las cosas por las que pasa un emigrante cuando viene a Estados Unidos sin papeles…de los peligros a los que se expone una persona, hombres, mujeres y niños, cuando venimos para acá, a buscar trabajo, porque en nuestro país no se nos da esa oportunidad. Quiero que los pueblos y los gobiernos de Estados Unidos y de México sepan, que conozcan paso a paso, las caminatas y los peligros a los que se expone uno en cada caminata, por la sierra y el desierto, sin agua, ni comida, a expensas de coyotes, de gente que desconoce uno en lo absoluto.

—¿Usted pasó por esa experiencia en lo personal?

— Sí, hace seis años, llegué a Agua Prieta, Sonora, rumbo a Phoenix. Conseguí un “coyote”. Nos pusimos de acuerdo en el precio, y salimos.

—¿Cuánto le cobraron?

—600 dólares. Me acuerdo que entramos a la altura de Bisbee, Arizona, unas veinte millas al oeste de Agua Prieta. Por ahí entramos, y caminamos las primeras doce horas hasta una parte cerca de Bisbee, no sé exactamente qué parte será. Por ahí nos esperaban con los carros y nos subimos. Viajamos en los autos una media hora más o menos, y nos bajamos para hacer otro rodeo que había que hacer, que estaba antes de llegar a Tombstone; y bueno, esas fueron otras diez y seis horas más caminando…Veníamos en dos carros, éramos diez y ocho personas, más o menos…me acomodaron a mí y a otras ocho personas más. Cuatro adelante, cuatro atrás, y dos en el maletero. Y el otro grupo en otro carro también hasta poco antes de llegar a Tombstone, porque parecía que había dos chequeos de la migración. Finalmente nunca supe dónde estaban los puntos de revisión, porque nunca los vimos, solo sé que rodeamos Tombstone y Benson, los dos pueblos…No teníamos nada. Al salir de Agua Prieta, traíamos nada más un galón de agua cada uno.

—¿Qué tanta realidad de sus experiencias están reflejadas en su texto?

—Son eventos reales, netamente. Para mí no fue difícil escribirlo, porque todo está en mi mente. Todo es real.

—¿Cómo cree usted que el público va a recibir su libro?

—Yo creo que toda persona que ha pasado la frontera “ilegalmente” como yo, se va a sentir identificado con ella. Va a sentir que está volviendo a revivir la experiencia…el drama por el que pasó él ¿no? …entonces la gente se va sentir en el desierto, caminando, va a sentir la misma sed que sentí yo, las mismas ganas de llegar, la misma desesperación de no llegar… yo creo que la gente va a tomar el libro como suyo.

—¿Alguna vez usted ha sentido discriminación, Oscar? ¿De parte del anglosajón, de parte de otras personas o incluso de algunos paisanos?

—Bueno, la discriminación de parte del anglosajón es constante. Es en la calle, haciendo cola en las tiendas, es haciendo cola en el banco, al pagar el cobro del teléfono, al voltear a verlo a uno por sobre el hombro, de reojo.

—¿Cuál fue el motivo que lo impulsó a cruzar la frontera a aventurarse? Porque es una aventura por lo que me platica. ¿Cuál fue la razón por la que decidió saltarse el alambre?

—Es la falta de trabajo, la falta de oportunidades en el país. Es la crisis. La ilusión de conseguir capital para hacer cosas en México. Yo no puedo hacer nada allá, si no tengo el capital necesario.

—Cuénteme Oscar, ¿cómo ve el inmigrante la cultura anglosajona? Hay un término que utilizamos, el famoso “shock cultural”. Llegamos de otra cultura, completamente distinta, y de repente estamos en un medio ambiente que no conocemos ni entendemos. ¿Cómo mira un inmigrante recién llegado la cultura gringa?

—Bueno, yo creo que estamos prejui-ciados en relación al choque cultural, porque siempre nos sentimos menos, porque estamos en un lugar al cual no pertenecemos. Llegamos y tenemos que empezar hablar otro idioma. Y luego las costumbres del anglo chocan con las nuestras inmediatamente. La forma de vivir es completamente diferente. La forma de trabajar es diferente también Ya después con el paso del tiempo nos empezamos a integrar entre comi-llas…Pero el choque es grandísimo, es llegar a un mundo totalmente diferente, y es muy difícil, sin saber hablar el idioma principalmente.

—¿Qué aspectos ha asimilado usted de la cultura anglosajona?

—Bueno, la forma en la que trabajan, la forma en que producen, trabajan duro. Y es gente que tiene, debido a la educación, metas muy grandes. Por eso hay una diferencia enorme entre los hispanos que venimos del medio de…de provincia, ¿no? Venimos a un mundo donde vemos a los gringos preparados, estudiando y progresando constantemente.

—¿Pudiéramos decir que ha perdido ciertos aspectos de su mexicanidad? Después de tantos años de ir y venir, ¿no cree usted que ha perdido aspectos de su cultura autóctona?

— No. Yo creo que no, porque me interesa mucho conservar mi cultura. Me gusta leer, enterarme de ella; y a veces creo que ahora la conozco más que antes, porque la extraño tanto. Tanto, que me voy a las bibliotecas a leer acerca de mi cultura. Tal vez sea por eso…La nostalgia de estar lejos…

— Bueno, habló de la lectura, podría compartir con nuestros lectores, ¿cuáles son sus autores favoritos?

— García Márquez por ejemplo. León Tolstoy, Dostoyesky, Víctor Hugo, Stendhal, principalmente. Tengo un hijo que se llama Stendhal, me gusta mucho como escribió Stendhal.

—Varios escritores que mencionó son rusos existencialistas. ¿Qué es lo que le atrae de ellos?

—Me atrae su universalidad. Al conocer a fondo la forma en que pensaban los escritores rusos, me doy cuenta de su grandeza, y descubro la increíble facilidad que tenían para penetrar los más obscuros y profundos rincones del alma humana. Yo llamaría al siglo XIX el siglo de oro de la literatura rusa a causa de la gran producción de escritores, y escritores buenos, como lo son Tolstoy, Chéjov y Dostoyevsky.

—Creo que lo podemos catalogar a usted como un escritor inmigrante, que vino, vivió y escribió sus experiencias en Entre la sed y el desierto. ¿Cuál piensa usted es el discurso del escritor inmigrante? Todas esas personas que hemos cruzado la frontera, hemos quizás hecho nuestra vida de este lado de la frontera, pero seguimos escribiendo en español. ¿Qué cree usted es lo que el inmigrante quiere decir? Me refiero al inmigrante que vive en los Estados Unidos.

—Es una queja hacia la injusticia, la co-rrupción en México, la falta de oportunidades, el desfalco de las arcas na-cionales cada seis años, por cada presidente, su familia y sus allegados. Es un grito de coraje por no poder estar en México, y no poder llegar a ser lo que podemos ser en México. Precisamente a falta de una economía sana, como no hay dinero en México, porque se lo llevaron a los bancos de Suiza, no hay ca-pital, no se estimula el financiamiento de pequeñas industrias para crear empleos… ¡Es un grito de coraje!

—Vamos a utilizar un poquito la imaginación. Imagínase que llega una copia de esta entrevista que le estamos haciendo al escritorio del presidente Fox. ¿Qué le diría usted al presidente Fox?

—Yo le diría que salga a conocer México en realidad. Que salga a la provincia. Que conviva con los campesinos. Que vaya a las tierras donde estamos trabajando. Para que vea las carencias que hay. Para que vea el potencial que hay para producir, y se dé cuenta que falta el apoyo del gobierno para que la tierra produzca. Que se dé cuenta que hay gente que desea hacer mucho, pero se ve obligada a venir a Estados Unidos a hacerlo. El inmigrante se viene por necesidad…por ganas de mejorar.

—Vamos ahora a cruzar la frontera otra vez, utilizar la misma situación ficticia e imaginar que en un momento dado el presidente Bush, con su español mal hablado, está leyendo también la misma entrevista. ¿Qué le diría usted al presidente de este país?

—Yo le diría que investigue en el suroeste de Estados Unidos, ¿a qué se debe que las compañías no tengan suficientes trabajadores? Y por qué es tan fácil que esas compañías nos ocupen a todos los que estamos llegando. Que vea las áreas de crecimiento como Phoenix y Las Vegas, y se dé cuenta que somos básicamente mexicanos los que estamos trabajando en el área de construcción… Que se dé cuenta que la razón por la cual venimos de “ilegales” es porque sabemos que nos van a ocupar inmediatamente. Es mucha la falta de mano de obra que hay aquí.

—Muchas gracias Oscar. Y felicidades por la publicación de su libro.

—Gracias….
Oscar Cordero es un hombre sencillo, con cultura, con un discurso proveniente de sus experiencias personales. Su mirada proyecta el deseo de hablar y decir las verdades de muchos inmigrantes viviendo en el país del Tío Sam. Las injusticias que han vivido lo llevan a ser una voz de clamor por justicia, por equidad…
——–

Contacte a Oscar Cordero:
Tel. (602) 977-0406
Contacte a David A. Muñoz:
david.munoz@cgcmail.maricopa.edu
Tel. (480) 732-7173

Entre la sed y el desierto:
la caminata del migrante,
fue presentado en Café Latino

Durante la presentación del libro testimonial, Entre la sed y el desierto, una nutrida concurrencia elogió y pronosticó que este obra hará historia e interesará a la comunidad migrante de ambos lados de la frontera, debido al realismo y sencillez con que se cuenta el drama de un grupo de migrantes que superan todo tipo de obstáculos hasta llegar a Phoenix provenientes, con “coyotes”, desde Agua Prieta, Sonora.

Organizado por la única editora local de libros en español, Editorial Orbis Press, y patrocinado por Imprenta Concepto Gráfico, Estrada y Asociados y Café Latino, donde se realizó el acto, el evento contó con la presencia del comunicador Arturo Gálvez quien consideró, entre otros puntos, que esta obra es una de las mejores sobre el tema ya que fue escrita por un migrante real que experimentó en carne propia la angustiosa caminata por el de-sierto de Arizona.

En el presidium, destacó también la intervención del Dr. David Muñoz—Premio Panorama 2004 en literatura—como maestro de ceremonias, quien evaluó la valentía del autor, Oscar L. Cordero, por compartir su experiencia en forma literaria. Por su parte, el Dr. Saúl Cuevas encendió una veladora para simbólicamente recordar y solidarizarse con todos los migrantes que han fallecido en el desierto en su intento por superar la pobreza. Acto seguido, mencionó que la obra atrapó su interés desde las primeras líneas, reacción que no sucede con frecuencia con todo libro.

La participación y respuesta del público no se hizo esperar a través de comentarios ensalzando el valor testimonial y virtudes de Entre la sed y el desierto como lo mencionara la señora Pina Phillips, presidenta de la Sociedad de Poetas Hispanos de Arizona, el Dr. Justo S. Alarcón, decano de las letras hispanas en Arizona y Antonio Hurtado, conocido promotor cultural del Valle del Sol. Todos coincidieron en afirmar que esta obra puede servir de lección para los futuros inmigrantes tanto para evitar poner en riesgo la vida como para buscar otras alternativas en el cruce fronterizo. La mayoría de las preguntas se dirigieron al autor Oscar Cordero sobre temas como por qué se animó a escribir su odisea, si volvería a realizarla y si ha valido la pena el haber emigrado.

Luego de las intervenciones, personal del Café Latino se encargó de distribuir a la asistencia vino de honor así como atender a los interesados en la adquisición de ejemplares de Entre la sed y el desierto que ya se está convirtiendo en el suceso literario de la temporada.

Este libro puede ser adquirido y autografiado directamente con el autor al teléfono: (602) 977-0406 o en Editorial Orbis Press, tel. (602) 264-5011, e-mail: editor@orbispress.com, sitio Internet www.orbispress.com. Dirección: 4000 N 7th. Street, suite 102, una cuadra al sur de Indian School en Phoenix.


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