Sólo entienden de votos y dinero

DALLAS, TEXAS. La actual presión social de los inmigrantes no ha sucedido por casualidad. Está perfectamente planteada por el gobierno, ya que dentro de poco se retirarán de trabajar unos 70 millones de baby boomers, la generación que nació después de la segunda guerra mundial. Estos trabajadores, cuando se retiren en los próximos años, dejarán de producir bienes y servicios, y de pagar impuestos. También empezarán a cobrar cheques de la seguridad social y a gastar en Medicare. No existe fuerza laboral ni contribuyentes de impuestos capaces de sustituirlos, excepto los inmigrantes.

Se está creando una demanda de trabajadores extranjeros, cualificados y no cualificados, que hay que atenderla como sea, y las empresas ven que a corto plazo tendrán problemas irresolubles si no resuelven el problema de la sustitución de las plantillas.

Por eso presionan a sus congresistas y senadores para que arreglen esta situación de poder contratar trabajadores extranjeros. Los congresistas y senadores para medir la opinión publica –sus votantes– se han dividido en dos grupos, como los policías: los buenos y los malos.

Los malos han pedido que se apruebe una ley de máximos: la criminalización de los indocumentados, sabiendo que no va a prosperar, porque a ningún empresario anglo le conviene que lo criminalicen y lo encarcelen por dar trabajo a un indocumentado. Estos empresarios son los que manejan y mantienen a los políticos. Los buenos han hecho una propuesta aparentemente mucho más caritativa para los indocumentados.

Con las dos opiniones tan encontradas, cada grupo está midiendo cuál es la reacción de la opinión pública para encontrar, en el equilibrio, algo que satisfaga a ambos grupos de votantes.

Los inmigrantes se conformarán con cualquiera de las soluciones que les presenten, pues siempre serán mejores que las leyes de máximos con las que les habían amenazado. Es de suponer que, al final, salgan algunas leyes que beneficien parcialmente a los inmigrantes y hasta ahí todos contentos, menos los gobiernos extranjeros que reciben las remesas y han obligado a los emigrantes a tenerse que marchar del país para subsistir.

REALIDADES

Lo único que entienden los anglos son dos grandes conceptos, debajo de los cuales funciona este país: LOS VOTOS y EL DINERO. O salen a votar los inmigrantes que pueden hacerlo y se inscriben los otros a medida que van haciéndose americanos, o todo el sistema de manifestaciones y actos públicos no servirá para casi nada. Todos los años hay cientos de miles o millones de inmigrantes o hijos de inmigrantes que alcanzan la edad de votar y no lo hacen, incluso ni se inscriben. Con esta postura, a los anglos no les importan para nada las manifestaciones y ninguna otra medida de presión. Ellos ya saben cuántos, quiénes, cómo somos y nos comportamos y, por lo tanto, saben cómo manejarnos. No les importamos nada porque, entre otras cosas, no votamos.

MOVILIZACIONES

Con las nuevas manifestaciones y otros actos de protesta, los anglos podrán actualizar sus estadísticas sobre los indocumentados que están escondidos. Muchos inmigrantes lo único que saben hacer y se les puede pedir es que salgan a las manifestaciones.

Hay que buscar cosas que los inmigrantes puedan y sepan hacerlas.

Un eslogan muy representativo para las manifestaciones podría ser: Hoy marchamos, mañana votamos, pasado mañana pagamos el Medicare de los baby-boomers. Una cuestión muy importante es no dejarse manejar por organizaciones amarillas proclives al gobierno, subvencionadas por los dineros públicos para que eviten a toda costa que los inmigrantes prosperen.

SUELDOS

Además de los permisos de trabajo y de la reunificación familiar, hay que conseguir elevar la calidad de vida de los inmigrantes a través de buenos sueldos, acceso a los beneficios sociales gubernamentales y a las prestaciones empresariales. Es inadmisible que el sueldo medio de los inmigrantes sea de siete dólares cuando el de los anglos es diecisiete. Además de que los inmigrantes no tiene prestaciones sociales y que en caso de accidente son dejados en el abandono.

SINDICALIZACIÓN

Las mejoras de los inmigrantes solamente se pueden conseguir a través de grandes presiones a las empresas, así lo han hecho todos los trabajadores a lo largo de la historia en todos los países. No es cuestión de que se discuta en el congreso y en el senado un aumento de 25 centavos del salario mínimo por hora. En USA los sindicatos de algunos sectores laborales han conseguido mejoras salariales y sociales muy importantes sin tener en cuenta lo que opinan en el gobierno. Han luchado y han ganado.

Hay que presionar a las empresas para que mejoren la calidad de vida de los inmigrantes y eso solamente se conseguirá si se tiene un fuerte sindicato o la forma jurídica que se le pueda dar. Por lo tanto, uno de los primeros pasos a dar es la formación de una asociación de inmigrantes.

Si los inmigrantes no están asociados y no luchan en defensa de sus ingresos seguirán como hasta ahora, como así quieren que sigan sus líderes actuales. Ha llegado el momento de cambiar.

DINERO PARA CAMBIAR LAS LEYES

El dinero es el otro tema que les preocupa a los anglos. Los lobby se manejan con mucho dinero y así se cambian las leyes o se retuercen. Los inmigrantes aparentemente no tienen dinero, aunque sí lo producen. Hay que encontrar vías para conseguir dinero suficiente para cambiar la opinión de los congresistas y senadores, tal como lo hacen los empresarios para conseguir las leyes que les convienen a sus intereses.

RESUMEN

Debe haber varias avenidas por donde circular. Primera, seguir haciendo manifestaciones pues es lo que la gente saber hacer y así se crea y mantiene el espíritu de grupo. Segunda, conseguir que todos los inmigrantes que puedan votar lo hagan con una sola voz. HISPANO VOTA A HISPANO. Tercera, formar un sindicato que defienda a los inmigrantes de los empresarios y consiga dinero de ellos para asegurarse las leyes que convienen a los inmigrantes.

Contacte a Francisco Gras: fgras@sbdbooks.com